Días como los que vivimos en la actualidad nos hacen estar extremadamente vigilantes ante todo lo que nos rodea. Ante una amenaza invisible como es la del coronavirus, la confianza de nuestros colaboradores y clientes es lo primero, por lo que nos exigimos determinados niveles de seguridad. De este modo, es condición indispensable que nuestros productos envasados cumplan con los estándares de calidad que garanticen nuestra seguridad.

De hecho, así ha sido siempre, pero se hace más importante, si cabe, cuando vivimos un momento en el que las acciones que llevamos a cabo en nuestro día a día se enfocan a reducir el avance del virus.

Conocer cada parte del proceso por el que pasa el producto hasta estar sobre nuestra mesa es posible, pero no es suficiente. Son muchos los factores humanos y no humanos que forman parte del proceso de manipulación de un alimento hasta el producto final. Por eso, uno de los eslabones clave en nuestro proceso productivo que hacen aptos y seguros a los alimentos para el consumo es el examen a los estándares de calidad.

Estos estándares son el cumplimiento de ciertos niveles de calidad que convierten al producto examinado en aceptable para su consumo, atendiendo a los materiales, a su funcionalidad y a su eficiencia. Asimismo, el empaque o envasado ha de cumplir así con certificados del proveedor, ser recibido en perfectas condiciones, contar con un diseño verificado, revisado y validado, y estar en estado mecánico adecuado. Solo así nos aseguramos de que nuestros productos son seguros y de la más alta calidad.

Estos exámenes son un proceso esencial en productos elaborados a partir de alimentos perecederos como son las hortalizas y frutas de primera calidad, como aquellas que usamos en AMC Natural Drinks. De este modo, nuestras bebidas naturales pasan por ciertas medidas que garantizan la seguridad de un producto saludable:

  • Físicas: el producto se mantiene íntegro al paso del tiempo, protegido del exterior y en aislamiento térmico.
  • Económicas: han sido considerados todos los costos del proceso.
  • De mercado: el producto envasado corresponde a una diferenciación dentro del mercado y responde a una adecuación manteniéndose fiel a su valor.
  • Ergonómicas: el producto está dentro de un envase que es fácilmente manipulable por el consumidor final.
  • Comunicadoras: toda la información de primera relevancia del producto es fácilmente identificable en su envase, que además incorpora todo aquello de valor informativo para el consumidor.